Colaboración de Julia para OH MY!
Imagina.
A veces no desayunas y cuando lo haces, te tomas un yogurth Danone o algo de ese tipo de productos.
A media mañana te da mucha hambre y entonces comes un taco de queso o una barrita energética Kellogs.
Mueres de ganas por llegar a la casa y comer. Carne, porque si no, no te llenas (pollo, cerdo, res, pescado), algo de verduras, frijolitos y qué ricas las tortillas.
En la noche, como sobró comida, repites. O bien, se te antojaron los tacos y vas a una carreta.
¡Al fin sábado! Un aguachile, un cevichito de camarón, una carne asada.
¡Al fin domingo! Toca salida a un restaurante, y como eso sólo lo haces una vez a la semana, entonces aprovechas lo mejor de la carta.
IMAGINA ESA RUTINA TODAS LAS SEMANAS, TODA LA VIDA.
Como todo eso es producto “muerto”, bajo en nutrientes, entonces no tienes mucha energía y tampoco generas suficiente serotonina ni dopamina.
SIN ENERGÍA, NO TIENES GANAS.
¿Ganas de qué? De lo que sea, de nada. De salir a caminar, de ir a la fiesta a la que te invitaron, de leer ese nuevo libro, de empezar ahora sí una rutina de ejercicios, de ir al cine con tu esposa(o), de tener relaciones sexuales, de sonreír…
NO TIENES GANAS DE NADA.
TIENES GANAS DE POCO
Y sin serotonina, ni dopamina, empiezas a sentirte TRISTE y a tener pensamientos negativos.
Entonces, esos sentimientos y pensamientos se convierten en DECISIONES Y ACCIONES NEGATIVAS: bajas tu desempeño en el trabajo, dejas de convivir con familia y amigos, comes productos que te dañan (siendo consciente de lo que te provocan), te peleas por cualquier cosa, te la pasas frente a la televisión, pegado a facebook, conviertes tu vida en una rutina…
DEJAS DE CRECER EN MENTE Y ESPÍRITU.
Como tomas decisiones bajo ese estado de baja energía, poca información y de emociones dañinas, las decisiones y acciones negativas SE CONVIERTEN PROBLEMAS: dolores de estómago, de espalda, cabeza, estreñimiento, obesidad, bajo peso, insomnio, cáncer, deudas, mal humor, rompimiento de relaciones…
Te conviertes en alguien a medias. Común. Sin mucho que darle a la vida, porque no hay mucho de ti para compartir.
Te transformas en alguien con muchos sueños, pero SÚPER CAPAZ DE JUSTIFICAR todo lo malo que te pasa: la crisis, la familia en que naciste, las enfermedades “hereditarias”, la cultura en la que vives, el presidente, la corrupción, el sueldo, tu jefe que es bien mamón.
Siempre algo externo. Rara vez algo relacionado con nuestras decisiones y acciones.
Y ahí estás, queriendo tomar decisiones superiores, mientras estás en un estado mental, físico y espiritual inferior. SIN ENERGÍA, SIN SENTIMIENTOS POSITIVOS, SIN GANAS.
En ese estado inferior, quieres decidir tener hijos, comprar casa, manejar carros, dirigir países, casarte, someterte a cirugías, dar clases, etc.
LO QUE COMES, SE RELACIONA CON TUS EMOCIONES Y ACCIONES. Y es un círculo vicioso.
Mi teoría te suena tonta, ilógica, irracional. En alguna época la tierra fue plana y fue tonto, ilógico e irracional, creer que ésta era más parecida a lo redondo.
Pero acuérdate de esa vez que comiste más verduras y menos harinas. Más agua de tu garrafón que refrescos. Más frutas de verdad, que jugos Jumex. Más natural y menos artificial.
¿Cómo te sentiste? ¿Qué lograste? ¿Qué pendientes arrastrados terminaste? ¿Cómo creciste? Acuérdate que hasta veías las cosas de diferente perspectiva.
ACUÉRDATE
Lo que comes y lo que dejas de comer, afecta tus decisiones, acciones y emociones.
--
Artículo: Julia Gabriela GR
Asesora en alimentación para la salud
Foto: Marysol GR.
--
Instagram: juliagabrielagr
Facebook: Julia Gabriela
--
Hablemos de la vida y del amor.
--
Acuérdate de mi abuela. Acuérdate de mi, amiga mía. Acuérdate de mi teoría del origen del caos.